jueves, 2 de julio de 2009

Glosario de un arte conceptual

Reseña del ensayo de Stephen Zepke el concepto del arte cuando el arte no es un concepto: Deleuze y Guattari contra el arte conceptual (texto publicado en el boletín informativo "untando" de Cristian Prieto, para la exposición "ex-asab" en la galería el garaje, 01-07-09).

Por Frey Alejandro Español Rairán



El arte de concepto es como una “marca” indeleble para nuestro momento actual, me acuerdo de una conferencia en la que escuché algo con respecto al problema de las “marcas” y la posibilidad de hacer historia del arte después de estas indelebles: “¡Fra Angelico no puede ser el mismo después de Pollock!”(1). Ahora para nosotros es como si fuera del arte (que se fundamenta en una reflexión conceptual) no hubiera Arte, o como escribe Zepke: “el arte conceptual surgió en los años 60s y desde ese momento, todas las prácticas artísticas han tenido que involucrar un mínimo de reflexión conceptual para ser consideradas de alguna forma contemporáneas”.

Nicolás Borriaud escribió en el 2006 Estética Relacional, otra prolongación, casi una consecuencia lógica de ese arte de concepto. Lo que me parece extraño de este libro es que desde el prologo nos remite al final, al último apartado, a un Glosario. Ahí da dos definiciones de Arte, una definición Arte (del fin), una definición de Artista, entre otras 23 definiciones de conceptos claves para entender su obra.

Entonces, ¿es el Arte un concepto?, ¿necesitamos glosarios para el arte? Zepke de entrada, nos responde que NO y nos propone recordar la teoría de Deleuze y Guattari: El arte es una forma de pensar, algo aun más filosofi-co-mplicado(2). Entonces ¿Qué es pensar? Pensar es “crear”. Y acaso ¿esto de “crear” no es ya un concepto? La “opinión” general es que sí… entonces necesariamente requerimos de un glosario:

[Arte: creación de afectos y perceptos(3)]

En este ensayo Stephen Zepke señala el rechazo que Deleuze y Guattari hacen del arte conceptual, pues entiende el material del que esta hecho el arte como conceptos definidos lingüísticamente. Esto resulta en algo a lo que ya se había referido Lucy Lippard “la desmaterialización del arte” y que para Deleuze y Guattari es la desmaterialización de la sensación, o sea la banalización de la experiencia del arte.

Más adelante Zepke continúa su argumentación con algunas de tres críticas o “errores” en los que según Deleuze y Guattari cae el arte conceptual: el primero es que “todo puede ser arte”, el segundo es que la utilización de las tecnologías de reproducción conducen a una eterna transformación de la información, y el último es que las prácticas conceptuales conducen a una “des-ontologización” y pone en su lugar a la opinión, como una forma menor de pensamiento.

Lo grave de estos “errores” señalados por Zepke es que pueden ser interpretados como la secesion al espectador de la decisión (opinión) sobre la obra, y como en esa hiperdemocracia todos tienen una opinión y todas las opiniones son válidas, por tanto, no hay la posibilidad de territorio. Lo que para la teoría de Deleuze es fundamental, pues es ahí donde necesariamente se da lugar al pensamiento, no solamente como el espacio para obrar, sino como acto de territorializar, de “marcar” el territorio. En este sentido, la opinión “des-territorializa”, pues no hay una lucha por el territorio, todos los territorios son válidos y hay lugar a todos.

Acá puede haber una desconexión aparente pues, como aclara Zepke, es frecuente que algunas obras de arte contemporáneo sean calificadas como “desterritorializantes”, “nómadas”, “rizomáticas” y trazando “líneas de fuga”. Este calificativo se suele hacer extensivo con la obra de Deleuze.

Zepke se enfoca en ver el problema de la “democratización del arte” en que no soladamente “cualquiera podía hacerlo”, sino sobre todo en términos de mercancía: “cualquiera podía poseerlo”. Así la desmaterialización del arte, tanto del objeto como del sujeto (el territorio) en términos capitalistas, no significa el final del capitalismo sino un nuevo comienzo, el del trabajo inmaterial e impersonal, el del trabajo en la prestación de servicios.

Esta idea del arte como prestación de servicios ha sido trabajada por Andrea Fraser bajo el mismo sentido capitalista, digamos “intercambio de bienes y/o servicios”. No obstante Zepke se acerca al tema desde la perspectiva de un arte colectivo, cooperativista y solidario, que como el arte conceptual de los 60s intenta salirse de la lógica del consumo. Se trata de servicios “solidarios” como forma de resistencia política.

En general este ensayo de Zepke no intenta aclarar el amplio panorama después del arte conceptual, además demuestra la imposibilidad de mirar al arte sin conceptos, después de la década de los 60s. Pero ofrece un interesante contraargumento que seguirá vigente, en el estudio de las “prácticas artísticas” que luchan (como en un devenir animal) por el territorio entre la vida y el capitalismo tardío.

Sobre la vigencia de esta relación entre arte (después del arte conceptual) y el rechazo de Deleuze y Guattari al arte conceptual, recuerdo haber escuchado que el mismo conferencista que no podía ver a Fra Angelico con los mismos ojos… decía: “así como tenemos clara una diferencia entre arte moderno y modernismo, debemos entender que hay una diferencia entre arte conceptual y conceptualismo…”(4)-(¿será obligación acuñar en nuestro glosario esos conceptos?). Finalmente, recordaré parte de la glosa que hace Nicolas Borriaud sobre Arte (del fin), en donde después de citar la fórmula de Hegel “el arte es para nosotros una cosa del pasado”, propone una glosa que transforma el concepto en “figura estilística: estamos disponibles para lo que suceda en el presente, que supera a priori nuestra facultad de entendimiento”(5).



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(1) Oramas Pérez, Luis. Conferencia: Función y lugar de obras invisibles: el Museo como aparato de desincorporación, como espacio de reincorporación XII Cátedra internacional, Biblioteca Luis Ángel Arango, octubre de 2008.
(2) Deleuze, Guilles y Guattari, Felix, ¿Qué es filosofía?, Madrid: Anagrama, 2001.
(3) Deleuze Guilles y Guattari, Felix, Mil Mesetas, Madrid: Pre-textos, 2000.
(4) Op. cit. Pérez Oramas.
(5) Borriaud, Nicolas, Estética Relacional, Ed. Adriana Hidalgo: Córdoba, 2006. Pág. 135.