¿No se deberán las conversiones a la imposibilidad de
soportar por más tiempo la lucidez?
La
mayor resistencia es la resistencia a uno mismo, la perseverancia; después esta
la resistencia a los demás. Resistir es en primer lugar sostener una posición
propia, así dicha persistencia pueda parecer un esfuerzo pueril de los artistas
que ven restringida o parcializada su práctica por un agente externo. Según nos
sugieren algunos autores1
toda la historia del arte académico del siglo XIX es una estrategia de
colonización, mientras los artistas vanguardistas son aquellos que adoptan
estrategias de resistencia, según esto podemos entender la mayoría del arte del
siglo XX como un arte de resistencia2.
Las
denominadas vanguardias artísticas del siglo XX tienen una vida corta,
en su mayoría3,
son movimientos instantáneos que buscan reaccionar contra una forma estática de
ver el arte y la vida. Incluso es interesante entender como algunas vanguardias
que, en principio, podemos entender como opuestas o con ideologías contrarias,
se acercan en momentos inconexos, como una comunidad al fin y al cabo.
Esta idea de comunidad se empieza a afianzar a partir del supuesto individualismo,
con el que ahora se tiende a ver la historia del arte, recordando grandes
nombres, iniciadores e innovadores, mientras la idea de comunidad desaparece.
Es así como el término vanguardia4, viene de una jerga militar, y propone
también una asociación con una serie de jerarquías y denominaciones, incluso
rangos y códigos de pertenencia a cada uno de los grupos o escuadrones. Es así
como estos movimientos de resistencia primero se conforman como grupos
intransigentes frente a una forma establecida de cultura y al final terminan
establecidos en su propia formulación, pero de una manera distinta, resistiendo
desde lo establecido, resistiéndose a desaparecer por el devenir de nuevas
formas de ver lo que ya esta definido. El problema central es el de la
definición, ¿qué definimos como arte? Y según esto ¿qué podría entenderse como
arte de resistencia? Mientras el arte intenta definirse a sí mismo se presenta
como un método de acceso al conocimiento, pero cuando logra definirse,
bien sea a través de la academia, del comercio, de la política, etc. se
convierte en una definición restringida a la cual vale la pena
resistirse5.
Podríamos
pensar lo anterior, también como una interdependencia, entre las ideologías o
movimientos, que aquí tomamos como resistentes y las situaciones que
abren paso a estrategias de resignificación y re-definición de aquellos. No se
trata de un simple ciclo de reemplazos: mientras un movimiento es sustituido
por otro, que a su vez será seguido por otro… sino de interdependencia
simultanea, como a partir de la mitad del siglo XX, se empieza a tomar el
término “contracultura” como el producto de una serie de grupos que producen y
se desarrollan de forma aislada, mientras se les asocia con lo underground,
cuando realmente estos grupos dependen para su existencia de dicha cultura
establecida a la que pretenden resistirse, y como se ha evidenciado, al final
son absorbidos y empiezan a denominarse “subculturas” que se convierten
finalmente en modas pasajeras, subalternas al sistema cultural
predominante.
La
idea de resistir, es la idea de mantener una posición móvil, sin permitirse ser
absorbido por el sistema preestablecido. Un ejemplo es Richard Serra, quien en
la década de los 70s se sostuvo en su posición de innovador con lo que se dio
en llamar “minimalismo”, mientras unos años más tarde, cuando el minimalismo,
se convirtió en un fenómeno comercial importante, Serra se contradijo y tomo
una posición contraria a su primer período, y podríamos asumir retomo su
resistencia frente al modelo y se convirtió al “neoapropiacionismo”, incluso a
costa de la propia coherencia conceptual de su obra retrospectiva.
Esa
es una verdadera forma de resistir, no se resiste en conceptos, ni en la toma
de partidos, de derecha o izquierda; tampoco se resiste utilizando estrategias
innovadoras o asociadas con la insurgencia o el anarquismo, sino en actitudes:
se resiste finalmente cuando no se pierde de vista la utopía, se resiste en el
cambio.
A
pesar del entusiasmo, todavía vale la pena preguntarse ¿Cómo funciona dicha
resistencia? En nuestra posición y según lo anterior, esa resistencia no puede
ser aislada, de un individuo frente a una maquinaria gigantesca (industrias del
entretenimiento, culturales y medios masivos de comunicación); tampoco puede
ser una resistencia de grupos que buscan acceder al poder desde intereses
particulares o de minorías, siguiendo una estrategia de manipulación propagandística
como es común en política, o al menos en la historia política de nuestra
república; la idea que sostiene la vitalidad de una idea como resistencia,
es la resistencia desde el grupo como mayoría, como comunidad abierta al cambio
y al continuo reconocimiento de su propia tradición. En palabras de Zuleta
“cuando cada uno vive su miseria en su propio rincón, sin colaboración, sin una
empresa y un trabajo comunes, entonces pierde la posibilidad de crear cultura.
Ahora la recibe por medio del transistor, de la televisión o de cualquier otro
medio, pero como consumidor no como creador (…) es necesario que el pueblo
vuelva a crear cultura, porque no es suficiente que la reciba. Tenemos que
plantearnos metas altas y una meta muy importante es la de un pueblo creador”6
Algunas
estrategias resultan más puntuales que otras, hemos definido una estrategia de
resistencia: el cambio incesante; pero para que esta movilidad (ya no
movimiento) sea sostenible, debe ser una utopía, una idea compartida y abierta,
que opere a través de estrategias de inclusión, de propuestas interactivas que
pretendan que el otro se vincule y tenga la posibilidad de participación, entendiendo
esta posibilidad, sobre todo, como una serie de condiciones efectivas para la
reflexión cultural y social, no como una libertad o un fin en sí mismo.
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1 GRADOWSKA, Anna, El
academicismo, Revisión de criterios (texto de catálogo). Caracas, Museo
Bellas Artes, Exposición 13 septiembre a 24 de enero 1988. / ADES Dawn, Art
in latin América, London, Yale University Press, 1989. Cap. 2 Academies
and History Painting.
2 BÜRGER, Peter, Teoría de la
vanguardia, Buenos Aires, Ediciones Península, 1987.
3 La más larga es el surrealismo, que
siendo muy generoso en las cuentas, de Breton a Matta cuenta medio siglo
aproximadamente, no obstante el promedio de vida de otros movimientos
artisticos del XX es mucho más corto.
4 CALINESCU, Matei. Cinco caras de la modernidad, Madrid, Ed. Tecnos, 1991.
5
CAMNITZER Luis, La
definicion restringida de arte, En: Antologia de textos críticos 1979-2006, ArtNexus / Arte en
Colombia, editores María Clara Bernal y Felipe Gonzalez, Universidad de los
Andes, 2006. Pág. 74-84
6 ZULETA, Estanislao, Colombia:
Violencia, democracia y derechos humanos. Editorial Altamir, Cali, Colombia,
1992. Pág. 39
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